De hay un fogón, hay vida, luz y alegría. Y nuestros Fogones son muy especiales porque si bien podrían ser de campamento scout, de egresados o de pesca, nuestro fuego se remonta a una llama poco conocida y muy especial.
El obispo Pablo, el día de su consagración, recibió un mandato apostólico por parte de sus obispos consagrantes (Rubén Ramos, Aníbal Silva y Marcelo Soria). El mandato decía , inspirado en el texto del Evangelio de Juan capítulo 21, lo siguiente:
"Los discípulos, cansados del trabajo y decepcionados por la mala pesca, se encuentran en la orilla del Mar de Galilea con Jesús resucitado. Él les había preparado un desayuno allí en la orilla. Los discílpulos no lo reconocen, como muchos hombres y mujeres de hoy que han perdido el rostro amadísimo del Señor y que viven abatidos y cansados por el peso del mundo.
Los hombres y mujeres de buena voluntad necesitan pastores cercanos que con gestos concretos hagan presente al Señor resucitado en sus vidas. Necesitan más fogatas, más atenciones de pastor y padre, más cercanía fraterna, espacios más humanos, cercanos, gestos cotidianos plenos de la gracia y el amor de Cristo.
Por tanto, ponemos nuestra atención en la sede de Argentina.
Tú, amado Hijo, que hasta ahora has prestado servicio como presbítero de la iglesia, dando muestra de piedad, celo apostólico y eximia doctrina, nos pareces idóneo para que puedas desempeñar la función episcopal de pastor de esta porción del pueblo de Dios.
Después de orar y consultar al pueblo fiel, con nuestra autoridad apostólica te constituimos obispo responsable de la provincia eclesiástica de argentina, otorgándote los debidos derechos e imponiéndote las sagradas obligaciones, según nuestras normas y cánones.
Antes de recibir la ordenación episcopal deberás hacer profesión de fe, fundamento de fidelidad a Cristo y a su Iglesia, según el Símbolo de los Apóstoles y prestes juramento de fidelidad a nosotros y a nuestros sucesores.
Finalmente, para que realices tu ministerio con un corazón diligente y paterno, te aconsejamos que te confíes a la oración de todos nuestros hermanos en la fe, tanto los que estamos en la tierra como los que gozan de la visión beatífica, los amigos de Dios, en primer lugar, Llena de Gracia, la Virgen María y de todos los santos en Cristo.
Dado en Buenos Aires a los 14 días del año del Señor de 2024, cuarto año de nuestro episcopado.
Ruben M. Ramos"
Ya en los inicios de la ICAM el Espíritu soplaba por los nuevos rumbos de la itinerancia de los cristianos, de la fucagicad de toda propuesta terrena y de la evangelización por medio de cenáculos en los que una llama central presidiera cada encuentro.
Se mandó forjar en cada uno de los anillos episcopales de la ICAM una fogata como sello de este carisma del peregrinaje y el exilio de todas las cosas.
Así nacieron nuestros Fogones de Cristo. El Espíritu Santo guió al obispo Pablo y a la hermana Graciela Silva junto a la hermanita Nora del Valle y Dina Graciela, a una reunión de oración en compañía de una imagen de la Virgen del Carmen, "casualmente" patrona del día de ordenación presbiteral del Padre Pablo y al mismo tiempo patrona del cenáculo de oración de Graciela Silva que se gestó en otra iglesia.
Quiso Dios y las circunstancias, adversas para este pequeño grupo en aquel tiempo, reunirlos en la oración confiada al Señor que es fiel. Y ya desde aquella hora, no dejaron de orar juntos semana a semana en distintos hogares bajo el nombre de FOGÓN DE CRISTO, fogones que fueron encendiendo semana a semana y al que se fueron sumando almas y corazones hermosos que hoy gozan de la comunión de los santos en esta tierra: María Isabel Páez, Horacio, Alberto, Alejandro, Silvia, Ángelo, Iván, Miguel Ángel Monte, y las hermanitas a la distancia: Elízabeth, Débora y Norita Lemos.
Gracias a Dios.
(En breve seguiremos redactando).
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